En el mundo en evolución continua que experimentamos todos hay una preocupación legítima sobre las consecuencias de la revolución industrial 4.0, basada en la digitalización de las operaciones del universo de actividades económicas. 

No hay rama económica que no vaya a ser impactada por la revolución digital: desde cómo se adquieren insumos hasta cómo se comercializan los bienes y servicios finales, pasando por el papel del trabajador, de quien será más importante el conocimiento y su aplicación que el esfuerzo físico; el uso y reciclaje de materiales y desechos; plantas y equipos realmente inteligentes en el sentido de que aprenderán; sistemas de transporte y logística novedosos, y otras áreas de innovación difíciles hoy de imaginar.

Aunque los catalizadores de la evolución vendrán de la transformación de los agentes económicos en las distintas ramas de actividad, de la redefinición de las relaciones de negocios y sus modelos, de los nuevos canales de distribución y comercialización, de la reconfiguración de sistemas productivos, del uso de información y la nueva forma de invertir en marcas, como consecuencia los parques industriales tendrán que adaptarse para crear un ambiente propicio para el cambio.

En lugar de esperar para ver qué pasa, en su libro Innovando la Plataforma Industrial de México: Smart Parks para la Industria 4.0, en Vesta presentamos una plataforma desde la cual enfrentar el futuro a la vez retador y prometedor. También hacemos la invitación para apostar a favor de la modernización e innovación para que nos convirtamos en actores relevantes que hagamos de México una economía atractiva en un mundo cambiante.

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